A raíz de la expulsión de los religiosos de Cambrils, el Padre Manyanet, en el verano de 1895, aunque no todos los Padres eran del mismo parecer, ”depositó la semilla de una obra importante” en aquel centro comercial de la provincia de Tarragona.
Con la debida autorización del prelado Tomás Costa y bajo su inmediato control y dirección, compró, edificó y amuebló los nuevos locales con una rapidez y eficiencia que admiraran a propios y extraños, de modo que la comunidad fugitiva de Cambrils pudo ya refugiarse en Reus, y en el curso inmediato siguiente, iniciar las tareas escolares.
Se impartía la enseñanza primaria y superior y comercio. Entre alumnos externos e internos, superaron, ya en los primeros años, el número de 200.
En el mes de noviembre de 1895, quedó erigida también la “capilla de los Padres”.