Responde con tu vida

Toda llamada pide una respuesta.

Como María, que dijo “Hágase en mí según tu palabra”, y como José, que respondió con su vida silenciosa y fiel.

Ser Hijo de la Sagrada Familia es ofrecer la propia vida a Dios, al estilo de Jesús, María y José, al servicio de las familias, los niños y los jóvenes.

Esta respuesta se concreta en un camino de formación y misión, que ayuda a crecer en madurez humana, espiritual y apostólica.

A través de las distintas etapas —aspirantado, postulantado, noviciado, escolasticado y formación permanente— el religioso se prepara para vivir plenamente su entrega al Señor.

Etapas de formación

El camino formativo de los Hijos de la Sagrada Familia es una experiencia de crecimiento integral, adaptado a la edad, a las sensibilidades y a las historias personales.

Cada etapa tiene su ritmo, su profundidad y su horizonte, siempre acompañada por hermanos que ayudan a discernir y madurar la llamada.

Aspirantado

Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?». Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?». Él les dijo: «Venid y veréis». Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; era como la hora décima. (Jn 1,38-39).

Esta etapa inicial se caracteriza por el mutuo conocimiento entre el candidato y el Instituto; éste da a conocer los rasgos fundamentales de nuestra vocación, y aquél analiza la capacidad de identificarse con ella.

Postulantado

Jesús subió al monte, llamó a los que quiso y se fueron con él. (Mc 3,13). Continúa el discernimiento vocacional y se inicia el proceso de formación como Hijo de la Sagrada Familia. Favorece el crecimiento del postulante en su madurez humana y en su vida de fe.

Noviciado

Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?». Felipe le contestó: «Ven y verás». (Jn 1,46).

En esta etapa se vive el encuentro personal con Dios, se discierne, clarifica y profundiza la llamada del Señor para poder tomar libre y conscientemente la decisión de seguir a Jesús de Nazaret según el proyecto de San José Manyanet.

Escolasticado

No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. (Jn 15,16).

El religioso desarrolla los diversos aspectos de su vida y de su formación y continúa el proceso de maduración en el seguimiento de Cristo en orden a la profesión perpetua y a la ordenación sacerdotal como Hijo de la Sagrada Familia.

Formación permanente

La vocación no se acaba con la profesión.

Toda la vida es crecimiento, renovación y fidelidad creativa.

Seguimos formándonos para servir mejor y mantener viva la llama del espíritu manyanetiano.

Vida comunitaria

La vida comunitaria y familiar es el corazón de nuestra vocación.

Vivimos juntos como hermanos, rezamos en común, compartimos la misión y nos ayudamos a crecer.

En comunidad se aprende a perdonar, a escuchar, a servir y a celebrar.

Nuestra fraternidad es una familia religiosa donde cada uno aporta lo que es y recibe lo que necesita.

No estamos juntos por trabajo, sino por vocación: Dios nos reúne para vivir su amor en lo cotidiano.

La casa, la oración, el trabajo, la mesa, la misión… todo se convierte en escuela de vida evangélica.

Preguntas frecuentes

Contacto vocacional

Si sientes la inquietud de seguir a Jesús en la Sagrada Familia, no camines solo.

El equipo vocacional está para escucharte, acompañarte y ayudarte a discernir tu camino.

Puedes escribirnos, llamarnos o visitarnos.

Juntos buscaremos la mejor manera de seguir escuchando a Dios en tu vida.

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