Los Hijos de la Sagrada Familia, herederos espirituales de San José Manyanet, continuamos en el empeño de renovar la sociedad por medio de familias cristianas conformadas al modelo de la de Nazaret.
Esta es la meta de nuestra vida religiosa y apostólica: vivir el estilo de vida de Jesús, María y José en la experiencia personal y comunitaria para hacer «Un Nazaret en cada hogar», según la inspiración del padre Manyanet.
Para ello desarrollamos nuestra actividad en colegios, escuelas, parroquias, misiones y movimientos apostólicos en Europa, África y América, centrando nuestra atención en las familias, consideradas como sujeto y objeto de nuestro apostolado.
Dedicamos atención preferente a la educación e instrucción católica de los niños y jóvenes —«la cultura del corazón y de la inteligencia»—, como decía nuestro Fundador, persuadidos de que es el camino más apto, sencillo y fácil para el crecimiento cristiano de las familias y la renovación de la sociedad.
Los religiosos vivimos en comunidad con un marcado espíritu de familia, pues cada una de nuestras comunidades tiene como meta reproducir la vida de la Sagrada Familia por la comunión de vida, de oración y de trabajo.
La Congregación es de derecho pontificio y clerical, pero tiene también hermanos no sacerdotes. La formación se realiza en centros propios y en las universidades eclesiásticas y civiles a fin de capacitarse adecuadamente para el apostolado.