Paralela a la Academia de la Juventud Católica, existía en la ciudad de Barcelona, la Asociación de Católicos que sostenía, entre otras actividades, escuelas gratuitas en los barrios obreros de la ciudad.
En 1886, existiendo un desacuerdo con los Hermanos de las Escuelas Cristianas, directores de las mismas, confiaron al Padre Manyanet la gestión de sus escuelas establecidas en las calles Ferlandina y Lladó.
Los alumnos de estas escuelas, diurnas y nocturnas, y de otras establecidas sucesivamente en las calles Bou de San Pedro y Canuda, reunidas todas más tarde en el espacioso local de la calle Riera Alta, llegaron a superar el número de 500, distribuidos en todas las enseñanzas, elemental y superior.
El instituto se hizo cargo de las escuelas el día 3 de enero de 1887 de acuerdo con el obispo Jaime Catalá y Albosa.
El Padre Manyanet y sus religiosos, gracias a la labor en estas escuelas que tenían honda repercusión en la prensa de la ciudad, estaba presente, con su enseñanza gratuita, en los ambientes más pobres de Barcelona.
Se clausuraron en agosto de 1911 por falta de recursos y de socios.