Historia

Movido por la gracia de Dios

El Padre Manyanet no improvisó la fundación del instituto. Desde hacía muchos años sentía la llamada de Dios y, tras haberla madurado en la oración, la expuso al prelado de Seu d’Urgell, José Caixal y Estradé (1803-1879), que era a la vez su director y padre espiritual.

Desde la atalaya de Seu d’Urgell, en continuo contacto con la realidad religiosa, social y política del país, el joven sacerdote Manyanet había captado y comprendido los contrastes de aquella época de la historia de España y del mundo que le tocaba vivir.

Dotado de una singular sensibilidad espiritual, con el mal intuyó también el remedio. Y, a pesar de que las circunstancias, tanto internas como externas, no eran ciertamente propicias, no desistió de la empresa.

Con la mirada puesta en Dios y la confianza en su providencia divina, obedeciendo a una íntima llamada de Dios, que le garantizaba la aprobación del prelado, puso manos a la obra el 19 de marzo de 1864, nombrando a San José Patrono y Protector principal de la misma.

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